jueves, 8 de enero de 2015

"Sin título", un dibujo de Paco Lorca (2014)


Ficha técnica:



Título original: "Sin título"

Técnica: Dibujo. Negro (Rotring 0'2) y rojo (Pilot 0'5) sobre blanco

Autor: Francisco Lorca

País: España

Año: 2014




Riqueza de texturas:

La proximidad siempre me ha producido vértigo. Ese vértigo del mal funambulista que camina por la cuerda floja consciente de que va a caer, en algún momento impreciso, pero sin remedio. Si cuando se es pequeño el mundo cabe en una hoja de papel, imagina por un momento cuántas páginas podrías escribir ahora guiado en exclusiva por la proximidad. A ella me rindo con esta entrada, a ella y a la creatividad de su protagonista.

El artista nace, no se hace. Hay quienes han sido bendecidos con un talento innato para que alguien se encuentre en una única línea (compuesta por palabras o por trazos) aunque en realidad no se halle en ella. Ese es el caso de Francisco Lorca, granadino de nacimiento y madrileño de adopción. Su estilo es particularmente suyo, lo que confiere un valor especial a todo lo que toca. No es necesario leer en una esquinita "F. Lorca" para saber a ciencia cierta que ese dibujo, esbozado a lápiz, es suyo y de nadie más. No, yo no soy experta en procedimientos y técnicas pictóricas, pero tampoco creo necesario serlo para tener un criterio personal que permita escribir unas líneas (desde el respeto y el cariño, ni qué decir desde la admiración). Para enfrentarse a un libro lo básico es saber leer. El conocimiento adquirido a posteriori permite valorar detalles que a simple vista pasan desapercibidos, pero saber leer es el comienzo. Con la pintura ocurre lo mismo. Lo que uno aprecie depende de los ojos con que mire, la predisposición a dejarse sorprender es fundamental, la teoría viene luego. 

Como cada final de año, Paco ha regalado a sus "amigos" de Facebook parte de su tiempo y dedicación, cosa que agradezco especialmente. Cada trazo proyectado de su mano me parece tan personal que, aunque a él le pareciera algo fuera de lugar, tuve que pedirle permiso antes de engendrar esta entrada por si no le parecía adecuada (su respuesta se hace en este momento obvia). Empequeñezco ante sus creaciones, me siento diminuta observando cada detalle al milímetro. Igual cuando él se enfrenta al papel en blanco no es consciente de la repercusión de cada una de esas líneas emborronadas a lápiz y engalanadas a base de "Rotring" y "Pilot". Igual si lo fuera no veríamos en sus dibujos ni un ápice de espontaneidad, no apreciaríamos la diferencia, no lo encontraríamos a él. Sé que la mayor muestra de reconocimiento que se puede profesar por un semejante es la admiración sincera. Y, para mí, una llamada a tiempo es un detalle admirable, una sonrisa en horas bajas es un gesto admirable, un deseo plasmado en papel en forma de felicitación es una obra admirable. No necesito mucho más.

Paco Lorca. No me cabe duda de que la ciudad le quiere (no hay más que echar un vistazo a su blog: "aqmapacolorca.blogspot.com.es"). Es como si Madrid hubiera estado esperándolo durante años, afanándose en dejar un hueco disponible para que él se acomodara en cuanto llegase. Los amaneceres le pertenecen. El sol llama cada día a su ventana pidiendo permiso para salir, como un hijo obediente que se lo ha ganado por mérito propio. Sus ojos son capaces de ver lo que nadie ve y eso, eso merece una entrada en mi blog.



Sensación visual:

Una a veces no sabe bien cómo acertar. Dedica el poco tiempo que le queda libre a escribir sobre asuntos que a nadie interesa o sobre los que ya está todo dicho. A veces lo cercano pasa desapercibido porque, a simple vista, lo primero que se ve es la cumbre de la montaña. A veces una olvida que ningún edificio, por alto que sea, llega hasta las nubes sin una base sólida. Y es precisamente ese talento agazapado en los cimientos el único capaz de brillar con luz propia: El que está en la cumbre no siempre es el mejor, solo es el que está más alto. No sé si se trata de saberse vender o de rodearse de las personas adecuadas, de lo que no me cabe la menor duda es de que quien está arriba necesita de todos los que están abajo para mantenerse en su lugar. 
Una a veces no entiende por qué la mayoría de la gente admira a esos ídolos de papel que ganan más adeptos con palabrería barata que con talento. Seguro que les resulta más cómodo dejarse arrastrar por la corriente que nadar en su contra, pero sigo sin entenderlo. Porque a veces todo es tan fácil como echar la vista a un lado y valorar con sincera devoción el trabajo de quien, sin estar en la cumbre, roza cada mañana el cielo con los dedos.


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